


El grueso de la obra pública de Witz se desarrolla en forma de campañas independientes de postgraffiti acompañadas por algunas piezas sueltas, ejecutadas casi siempre con las mismas soluciones formales y técnicas y el mismo lenguaje gráfico. Utiliza pequeñas imágenes hiperrealistas que integra con discrección en superficies escogidas por sus valores visuales, y recurre con frecuencia al trampantojo.
La mayoría de series de Witz funcionan como postgraffiti icónico: repiten un motivo constante que muta en cierta medida cada vez que aparece.
Su imaginería es eminentemente introspectiva y tendiente al ilusionismo visual.


De manera paralela a su trabajo en la calle Dan Witz ha desarrollado una modesta carrera como pintor hiperrealista que le ha permitido vivir del arte hasta hoy. La explosión comercial del arte urbano a mediados de la presente década ha aumentado la demanda de sus lienzos y ha generado sus primeras exposiciones individuales internacionales.


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